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PRODUCTOS Prouvé BIODEGRADABLES
QUE ES UN PRODUCTO BIODEGRADABLE???
Un producto o sustancia es biodegradable cuando puede descomponerse en los elementos químicos que lo conforman, debido a la acción de agentes biológicos, como plantas, animales, microorganismos y hongos, bajo condiciones ambientales naturales.
Aunque muchos productos se venden bajo la etiqueta de biodegradable, pocos en realidad son 100% degradables, y lo normal es que acaben en un vertedero con descomposición aeróbica. Por lo tanto, los productos biodegradables no siempre son buenos para el medio ambiente. Ante un producto biodegradable y otro que no lo es, es mejor elegir el primero lógicamente, pero debemos ser conscientes de que biodegradable no es ecológico.
¿Sabes cuánto tiempo tardan en descomponerse?
- Las bolsas de plástico tardan unos 150 años en ser eliminadas
- Un chicle puede tardar hasta 5 años
- El papel, de 2 a 5 meses
- La cáscara de naranja, unos 6 meses
- Los cartones de tetra brik, 5 años
- Las colillas, hasta 10 años
- Las pilas, cientos de años…
De ahí la importancia de reciclar… Seguro que la próxima vez que vayas a tirar un chicle o una colilla, lo piensas un poco más, ¿verdad?
Una buena opción si quieres apoyar la causa, es hacer uso de materiales reciclables es una buena opción para ir aplicando en casa.
Por eso Prouvé utiliza envases biodegradables para sus envases ya que si nos importa el medio ambiente y nos preocupamos por el.
Qué son los materiales biodegradables? Se habla de materiales biodegradables cuando los materiales pueden ser destruídos por distintos tipos de microorganismos, es decir que la biodegradación es la descomposición de un organismo por la acción de otros seres vivos como hongos y bacterias, que lo utilizan como alimento. Este concepto es cada vez más utilizado en el ámbito del tratamiento de los residuos, teniendo en cuenta que este tipo de materiales van adaptándose paulatinamente a las normativas generales. Se trata de un proceso fundamental de la naturaleza, puesto que sin él, la Tierra se llenaría de residuos y la vida dejaría de existir ante la falta de realimentación de los procesos biológicos.
¿Qué son los materiales no biodegradables?
Los materiales pueden ser no biodegradables cuando el tiempo necesario para degradarse es extenso .Muchos de los productos creados por el ser humano presentan este estado: una lata de aluminio tarda más de dos siglos en biodegradarse; los plásticos más de cuatro siglos y una botella de vidrio un tiempo indefinido. Por eso es importantísimo tener en cuenta la biodegradabilidad de los materiales.
En Prouvé utilizamos las últimas innovaciones técnicas y descubrimientos en el campo de la química para hacer su vida más fácil. Minimizamos alérgenos, parabenos, SLSs y blanqueadores. Nuestras fórmulas son biodegradables y el empaque es totalmente reciclable.
Nuestros productos tampoco se testan en animales.
MAQUILLAJE Prouvé FRANCÉS
Cómo se maquillan las francesas?
Las francesas siempre han sido admiradas por su sentido de la estética y lujo, razón por la cual mujeres de todo el mundo aspiran a lograr su belleza natural y estilo nativo. Para lograrlo, además de cuidar el exceso de productos sobre la piel es preciso un uso sutil del maquillaje con la intención de que parezca «hecho en el momento».
Hay bellezas naturales y otras que llevan más tiempo de producción, y las francesas al atravesar la alfombra roja parecen siempre inclinarse por la primera opción. Aprende cómo integrar con éxito esta ‘je ne sais quoi’ en tu día a día, y crea producciones sofisticadas, ¡sin esfuerzo!
Strobing, el consejo para conseguir una piel translúcida y brillante al estilo francés
Una de las características más distintivas de la belleza francesa es la piel perfecta, que, además de mantenerse con atención dermatológica y alimentos, también se consigue con un poco de ayuda de maquillaje. El lema es dejar que la piel respire, y generalmente los productos BB o simplemente un poco de corrector en ciertos puntos son la clave para ello.
Para conquistar el típico aire francés apuesta por la tendencia bien iluminada de efecto ‘estroboscópico’ centrada en la iluminación de la piel. Para dar un aire de salud a la cara el rubor es otro aliado. Texturas cremosas o líquidas son los más adecuadas ya que son capaces de lograr una apariencia más natural.
Maquillaje de ojos y boca deben presentarse suaves
Lo que garantiza la mirada ‘de poco esfuerzo’ típica de las francesas, que parece como si hubieran salido de casa sin mirarse al espejo se debe a un maquillaje ligero muy bien aplicado – casi imperceptible y requisito primordial para un aspecto natural.
Una sombra de color marrón o rosado de acabado mate o brillante en el párpado móvil da un poco de profundidad a la mirada, en tanto las más modernas pueden elegir texturas brillantes, también muy elegante. Una capa muy ligera de máscara de pestañas es suficiente para dar un poco más de definición de esta área. Para los labios, es ideal apostar por lápiz labial aplicado con toques de luz en tonos como el rosa o marrón. Ambos son ideales para ganar una boca natural.
Labios rojos + delineador de ojos dan toque chic a producciones
Para lograr un estilo atemporal y elegante súper característico de las francesas puedes recurrir a un delineado negro de estilo eye cat y a un lápiz labial rojo, comodines indispensables para un look europeo. Usados en conjunto o por separado, esta mirada es una apuesta segura para cualquier evento debido a su versatilidad: compromisos de trabajo, con amigos o una cita de gala.
La industria del perfume despilfarra 800 millones anuales en un marketing y publicidad excepto Prouvé
Las grandes compañías usan técnicas pasadas de moda e inefectivas
Mucho se habla del dinamismo al que deben hacer frente todos los sectores en la nueva economía, pero hay algunas industrias por las que parece que no pasa el tiempo, como la de los perfumes. A los compradores se les sigue rociando a traición cuando pasan por los pasillos de los grandes almacenes, los anuncios insinuantes son la norma, y las fragancias que consiguen situarse en lo alto del mercado se quedan allí durante décadas.
Los perfumes parecen haber entrado en un bucle infinito. Pese a que cada año se lanzan unas 100 nuevas referencias, entre marcas creadas de cero y extensiones de otras, cuatro de las cinco fragrancias más vendidas siguen en su puesto desde hace más de un lustro. Pero todas ellas, aspirantes y reinas del baile, tienen algo en común: están despilfarrando unos 800 millones de dólares al año en presupuestos de marketing disparatados.
Nemanja Babic, que firma un informe de AT Kearney sobre el sector, advierte a las marcas de que deben pensar en un desarme: «necesitan pensar en reducir el gasto porque, si sigue creciendo, llegará un punto en el que no será sostenible: el sector va a erosionar sus márgenes todavía más».
Carrera armamentística
El aviso afecta a toda la industria, pero debe preocupar especialmente a los cinco aspirantes a retener el trono mundial: Light Blue de Dolce & Gabbana, seguida por Coco Mademoiselle, Chance Eau Tendre y No. 5. -las tres de Chanel-, y por la recién llegada Daisy, de Marc Jacobs.
Como suele ocurrir en marketing, las conclusiones del estudio no sorprenderán demasiado a la mayoría de los consumidores. Y es que el informe reconoce que más del 40% de las compras que se realizan en una tienda son, simple y llanamente, adquisiciones para reponer los niveles de perfume por parte de un consumidor que ya se ha ‘casado’ con él y que va directamente al estante, lo coje y se va. Y que, por supuesto, hace poco o ningún caso a la publicidad o las promociones con las que las distintas marcas llenan el establecimiento.
Tampoco es demasiado novedoso el estudio del efecto que tienen los rociadores: promotores que sencillamente impregnan a todo el que se les pone a tiro, sin discriminar entre grupos objetivo. Sería la versión gaseosa del carpet bombing.
Pasemos a la tercera de las técnicas favoritas: las muestras. Para que funcionen, hay que entrenar bien al personal de ventas, además de diseñarlas y producirlas. Así que lo normal es que sean simples recipientes en miniatura que los dependientes arrojan en la bolsa del comprador (que ya ha tomado una decisión) de forma aleatoria, sin atender tampoco a sus posibles gustos.
Así que la solución pasaría, sencillamente, por personalizar las técnicas de marketing. El problema es que las compañías siguen obsesionadas con la publicidad, especialmente la televisiva (a la sazón, la más costosa). Todos hemos sufrido esas campañas prenavideñas en las que terminamos conociendo más a la modelo del anuncio del perfume que la cara del presentador del informativo.
¿Y su efectividad? Decepcionante: apenas el 6% de los compradores reconocen que los anuncios sean su principal razón de compra. Cualquier ejecutivo de desarrollo de negocio del sector le dirá que eso ya lo saben, pero que no pueden dejar de gastar en anuncios porque, sencillamente, aparecerá otro fabricante que se dedicará a inyectar en el cerebro del consumidor su marca competidora, hasta que la propia se desvanezca.
Con buena parte del presupuesto de marketing atrapado en la televisión, el sector se enfrenta a un dilema que de momento no tiene solución: ¿quién va a ser tan tonto como para replegarse y dejar que los otros coman su terreno? Y sin embargo, el problema persiste, como recuerda Babic: «las marcas se centran en capitalizar el éxito de facturación, pero es mucho más preocupante el retorno de la inversión».